Mongol Rally. Capítulo 1: EL DÍA QUE NOS DEJAMOS LLEVAR POR NUESTROS INSTINTOS
Fue un 15 de Julio, que nos decidimos a salir desde Barcelona, con un Fiat panda del año 88, descapotable, y el maletero bien cargado hacia Mongolia. Sí, puede sonar irracional, pero es de lo más real que yo y mi pareja Laura hemos hecho nunca.
Fueron muchas cosas las que nos llevaron a decidir emprender ese viaje, pero sobre todo fueron las ganas de vivir experiencias nuevas, de sacar toda nuestra energía interna y remover todo lo que uno lleva acumulando tanto tiempo.
Otras de las cosas que nos ayudaron a no posponer una aventura así, fue justamente el miedo a posponer, a posponer y no poder hacerlo, así que nos regimos por la premisa de “haz lo sientas en cada momento». Y eso hicimos, partimos dejando atrás muchas cosas, preparados para absorber otro nuevo mundo.
Este es el TRAILER de la aventura que pronto empezariamos.
Los meses antes a la salida fueron agotadores por la cantidad infinita de tareas con una fecha límite: visados, recaudación, material, reuniones aquí y allá… Y aunque todo lo preparamos con muchas ganas y energía, anhelábamos el día de salida, que marcaría un antes y un después en nuestras vidas.
La Ruta
Sobre la ruta, simplemente no hay. No existe una ruta establecida, tienes que llegar a
Mongolia por donde sea, cuando sea, sabiendo que no hay ningún tipo de soporte por parte de la organización.
El Mongol Rally es considerada por algunos una de las aventuras a motor más estúpidas del planeta, y puede que lo sea, pero de lo que no hay duda es de que deja sin aliento a todos aquellos que la eligen, y os aseguro que quien decide emprenderla no se arrepentirá jamás.
Se trata de un reto benéfico que cruza 16.000 km desde Praga hasta Ulan Ude, en la Siberia Rusa, a 500km al norte de la capital mongola, Ulan Bator. Es benéfico porque hay que colaborar con un proyecto solidario recaudando fondos, antes, durante y después de finalizar el Rally de Mongolia. Nosotros colaboramos con un proyecto que surgió desde la Fundación Alex, en Barcelona y da soporte económico a las chicas y chicos del equipo de hockey del Centro Ocupacional de Les Corts, un centro que acompaña educativamente a personas con capacidades diferentes, y ell@s fueron l@s encargad@s de decorar el coche. Pasamos una mañana inolvidable juntos.
Unos días antes de pintar el coche en el Centre Ocupacional de les Corts de Barcelona, les explicamos el viaje en el pronto nos embarcaríamos y compartimos un entreno de hockey con todos ellos.
El coche
Otra de las peculiaridades de este rally es tener que elegir un coche o moto viejo con una cilindrada menor de 1200cc con el único objetivo de que dé lugar a vivir más experiencias imprevistas, más contacto con locales.
Algo de lo que te vas haciendo consciente a medida que transcurren las semanas y los meses. Problemas inesperados con el coche siempre acabaron en situaciones muy improvisadas y espontaneas con locales, y esos son los momentos que más recordamos ahora, esas son las fotos más especiales de estos 5 meses.
Esta es nuestra historia hasta Mongolia en un Fiat Panda descapotable del 1988. Una aventura que duró 5 meses, 30.000km y 21 países entre ida y vuelta.