Sofá furgo

Camperización de un bus. Capítulo 13: SOFÁ CAMA

El sofá – cama

La estructura principal

¡Por fin llegó el sofá! Hacía mucho que pensaba en cómo lo haría y había guardado muchas ideas para este momento. Pero a estas alturas ya sabemos todos que a pesar de haber  tanta información en las redes y tantos blogs que hablan del proceso de camperización, es difícil dar con aquello que buscas exactamente. Personalmente nunca he encontrado algo que me sirviera de principio a fin, únicamente una parte, o simplemente el concepto para después acabar adaptándolo a tu propio proyecto. Así que de nuevo apliqué el infalible prueba-error.

Habían varios puntos que tenía claro sobre cómo quería que fuera el sofá. Por un lado quería que fuera suficientemente largo para caber estirado, ya que sería un sofá cama y por eso lo hice de 1.90m de largo.

Otro requisito era que se abriera a modo baúl, ya que en el interior iría la instalación eléctrica y seria imprescindible tener buen acceso.

Con lo cual tenía que hacer una estructura que permitiera acceder al interior y que además permitiera abrirse para convertirse en cama, pero sobretodo que fuera estable al abrirse. Esa fue la parte que más tardé en solucionar.

Una vez construida la estructura principal con listones de pino, lo siguiente fue hacer el marco frontal que se abriría para convertirse en cama.

Pero una vez acabado el marco, surgió una nueva idea.  En lugar de hacer un frontal de todo el largo del sofá, es decir 1,9m, podría dividirlo en dos, de forma que pudiera abrir solo una parte del sofá para poderlo convertir también en chaiselongue abriendo sólo una de las partes.

Me gustó la idea y decidí dar marcha atrás, cortarlo en dos y volver a colocarlo. Es algo de lo que estoy muy contento a dia día de hoy, porque seguramente lo habría acabado haciendo más adelante. 

Para poder abrirlo y convertirlo en cama hice dos agujeros de la medida de mi mano en cada frontal, de forma que además serviría de ventilación al interior del sofá y a la instalación eléctrica.

Los siguientes pasos fueron por un lado forrar la estructura con machihembrado de pino igual que el techo, y por otro lado colocar las lamas de lo que sería el somier del sofá. Utilicé contrachapado de 10mm para que fuera algo flexible, con una anchura de 8 cm cada una. 

Unas lamas van atornilladas a la parte fija y otras a la parte extensible.

El problema era la estabilidad. Al abrirlo, el marco frontal se quedaba suelto, sin nada que lo mantuviera en su sitio, porque la tapa estaba abierta. Lo solucioné añadiendo unos listones  en la parte inferior que además de hacer la función de guía, lo mantienen estable. Al no haber planificado con antelación estas guías, tuve que modificar el interior del sofá para que no chocaran con ningún elemento de la instalación eléctrica.

También añadí unas guías en la parte superior para que las lamas que se deslizan hacia delante al convertirlo en cama vayan rectas y no caigan.

No es tarea sencilla explicarlo, pero espero que en las imágenes quede más claro.

Los colchones

Este era el último paso, lo que lo convertiría definitivamente en un sofá. Elegí espuma de densidad media con un espesor de 10cm y una funda de loneta de color natural. 

En total son tres piezas: el asiento que es una única pieza grande de todo el largo y ancho del sofá y dos piezas más para el respaldo, de la medida necesaria para convertirlo en cama.

Me di cuenta al colocar los colchones del respaldo, que había olvidado un detalle: el hueco de la ventana. Esto implicaba que al no tener un apoyo recto el colchón se iba hacia atrás al apoyar la espalda, así que añadí un respaldo de madera para salvar el hueco del cristal.

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