Camperización de un bus. Capítulo 1: YA BASTA DE POSPONER
Si dijera que siempre he tenido en mente escribir un blog sobre el proceso del bus, os estaría mintiendo.
Inicio este blog con la intención de compartir experiencias, de aportar información y consejos sobre la construcción de mi sueño: transformar un autobús en vivienda.
Este es un espacio donde compartir conocimientos sobre camperización, bricolaje, materiales, apaños y/o chapuzas…Estoy seguro que podemos compartir las lecciones que este proyecto traiga consigo y los errores frutos del método infalible “prueba y error”. Errores que ya he cometido, que cometeré y también errores que evite, y que espero que eso os ayude a vosotros también.
En definitiva, me apetece contarte mi historia.
Si algo me define es el afán por vivir una vida sencilla, lejos de las ciudades, de las masificaciones, del consumo impulsivo y de los hábitos destructivos. Siempre he soñado con vivir en un lugar remoto rodeado de naturaleza, con pocas cosas y mucho tiempo libre para explorar lugares nuevos con mi cámara. Todavía sueño con encontrar ese lugar en el mundo.
La idea de vivir en un autobús surge a partir de un momento de mi vida en el que me encontré perdido, sin rumbo y dejando muchas cosas atrás. Fue viajando por Indonesia donde apareció la idea de vivir en un autobús. No me lo podía quitar de la cabeza y empecé a buscar por todos sitios, a preguntar a amigos, a hacer llamadas…
Cuando conocí a Laura, fue una de las primeras cosas que le presenté, le dije iba a convertir un autobús en vivienda. Laura es una de esas personas a las que el día a día en la ciudad se le hace una montaña rusa, es de aquellas personas que sueña con despertarse antes de que amanezca y tomar un café caliente rodeada de naturaleza, sin ruido. Ella es sencilla, libre y natural. Estaba seguro que éramos capaces de desarrollar un proyecto así.
Y llegó el día, encontré el autobús.
Un día sin más lo encontré, el modelo del exacto del que me había enamorado! Y lo compré. Tuve que 3 meses hasta que todo el papeleo estuvo listo y a principios de agosto del 2018 ya lo tenía en un garaje. Al día siguiente empecé a quitar absolutamente todo. Todo es todo.
No me importaron las piedras que pudieran surgir por el camino, estaba seguro de que con paciencia y persistencia todo saldría bien. Soy de los que opina que no hay límites a la creatividad ni a la firme determinación cuando alguien se propone algo.
Así es como estaba originalmente. Muy pronto empezaría a cambiar de aspecto totalmente.
