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Camperización de un bus. Capítulo 3: DEMOLICIÓN (II) – SUELO Y ESCALONES

Aquí el trabajo empezó a ponerse más serio. Era momento de empezar a quitar las maderas del suelo, pero ¿por qué? Pues bien, nuestra intención era quitar los dos escalones que había a lado y lado del bus para ganar esa altura, no necesitábamos esos escalones, de hecho molestaban. Así que decidí no solo quitar los escalones sino toda la madera del suelo del bus.

Una forma de haberlo simplificado habría sido simplemente dejarlos y más adelante forrarlos de madera y ocultarlos bajo los muebles. Pero para mí, lo ideal, siempre que sea viable según la circunstancia de cada uno, es quitarlos y empezar de cero.

A lo largo del bus, en cada lateral habían unos radiadores. Quitarlos no era tan sencillo, ya que estaban conectados a una manguera de cobre con un líquido refrigerante. Pero, ¡Atención! ese líquido era del mismo circuito del motor, es decir, era un circuito cerrado que el motor calienta y pasa por los radiadores, por lo que no se puede cortar sin más.

Lo que hice fue cortar la entrada y la salida del manguito conectado al motor y la empalmé entre ella, de forma que el circuito quedara cerrado de nuevo. Tal y como el tubo salía del motor, volvía a entrar de nuevo.

Después dejé caer todo el líquido restante del circuito y finalmente, quité los radiadores y los tubos sin problema.

Hasta ahí todo era coherente. Con la ayuda de un amigo, empezamos a cortar la estructura metálica de los escalones, hasta que poco después de empezar escuchamos algo, un silbido, como si se escapara aire de algún sitio.

Lo que había pasado es que cortamos una de las mangueras neumáticas que pasaban por debajo del escalón, muy cerca de la madera. 

Al principio, cundió el pánico, pero la solución fue fácil, barata y rápida. Compré unas conexiones rápidas para empalmar el trozo de manguera que había cortado, y solucionado. 

Para que no se repitiera, decidí quitar primero toda la madera de encima de los escalones para poder ver por donde cortaba. Eso también fue trabajo extra que valió la pena hacer. Hay una cantidad infinita de cables y mangueras por el suelo que recorren el bus de punta a punta, sobretodo en la parte central y en la cabina.

Tardamos un par de días o tres en quitarlo todo, dejando únicamente los pasos de rueda íntegros, a sabiendas de que ocupaban mucho espacio y que sería incómodo tener dos escalones en medio del pasillo. Eso es una de las cosas que más adelante os contaré cómo lo acabé solucionando. 

Este punto es muy importante, y es la clave para que puedas homologar las plazas que que tengas pensadas tanto para un autobús como cualquier camper. Puedes quitar todo el escalón sin problemas, pero deberás mantener el trozo donde irán los asientos que dejes, porque necesitas los anclajes originales, sobretodo deben ser los originales.

En algún momento de ese proceso tuve la brillante y catastrófica idea de quitar las puertas de los pasajeros, tanto la de delante como la de detrás. Entraba y salía tanto que estorbaban. Acabó siendo un error que os recomiendo evitar, porque unos meses más tarde, al ponerlas, no encajaban. Increíble ¿verdad? En mi cabeza era tan sencillo… quitamos la puerta y dejamos los soportes; luego la ponemos en el mismo sitio. Es perfecto. Pero no fue así. Al ponerla de nuevo no cerraba. No encajaba en el hueco y se volvía a abrir automáticamente, porque el mecanismo de seguridad detecta que toca una persona y se vuelve a abrir.

Un año más tarde y tras varios intentos, todavía no he solucionado ese problema, así que si se os ocurre alguna idea al respecto, es bienvenida. Tengo varias posibles soluciones en mente, aunque a la espera de confirmarlas con el ingeniero. 

Mantener el circuito neumático no creo que sea buena idea, porque para poder abrir o cerrar la puerta el motor tiene que estar en marcha y haber cargado la presión suficiente para accionar el circuito, que tarda unos cinco minutos. 
Otra opción podría ser poner unas bisagras y abrir y cerrar de forma manual, como una puerta de casa. Pero aquí el problema es que la carrocería no es recta.

Así que a día de hoy creo que la mejor opción es mantener el sistema actual, pero que no dependa del circuito neumático, sino que sea manual, a la vez que añadir una cerradura en el exterior. Todavía tengo que confirmarlo con el ingeniero, así que os mantendré informado cuando tenga la respuesta.

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