Tajikistan_pamir_highway

Cartas desde el Årtico #4

Recuerdo esa foto con absoluta claridad. Estábamos en Tajikistan a mediados de agosto del 2019 atravesando la pamir highway junto a Josh y Luke, dos kiwis venidos de la otra punta del mundo para participar también en esa edición del Mongol Rally. Dos personas maravillosas que doy las gracias por haber conocido una buena mañana de verano en la frontera entre Turquía e Irán. Las cinco horas que ahí pasamos para conseguir entrar los coches y los varios sobornos forzados que vivimos nos han mantenido unidos hasta hoy. Aquí puedes leer más sobre ese capitulo del Mongol Rally: Mongol Rally. Capítulo 5: IRÁN Y SU GENTE.

Volviendo a la foto, frente a nosotros el rio Wakhan, que da nombre al valle, el Wakhan corridor, la frontera natural entre Afganistán y Tajikistán

Las montañas frente a mí pertenecen ya a al país afgano y la curiosidad por explorar esas tierras se hacía cada vez más intensa a medida que recorríamos día tras días la zona fronteriza. 

Pero esta foto, no solo me traslada a ese momento, ese tatuaje que me hice tumbado en una hamaca en una playa de Indonesia hace ya 5 años, sigue poniéndome la piel de gallina.

Una sensación de euforia me invade cada vez que lo veo y hago consciencia de lo que implica. Me devuelve inmediatamente al presente. Aleja de mi mente miedos, hábitos, dudas y patrones y me llena de gratitud y paz.

Muy lejos de ser pesimista, me transmite una urgencia por vivir imposible de describir con palabras. 

Para mi es muy sencillo, tanto que es fácil malinterpretarlo:

Aprovecha el tiempo mientras estés aquí. No dejes nada por hacer, no pospongas, déjate llevar. Que la incertidumbre no te paralice. Que lo que digan los demás no te distraiga ni te haga dudar de ti mismo. Confía, sonríe y sé bondadoso. Tanto como puedas. Siéntete agradecido por todo cuando tienes y eres. Todo saldrá bien.

Rundfjellet, Lofoten island. Norway

Lofoten está siendo una etapa única en mi vida, como lo fue China, pero a otro nivel. Mucho más personal. Si en mis cuatro años en China visité innumerables rincones y países exóticos, Lofoten es otra clases de viaje, a lo más profundo de uno mismo.

Ramana Maharsi dice que por mucho que uno viaje, al final deberás volver a ti mismo. Y si algo me ha enseñado el viajar y el meditar es que solo una mente sencilla y en calma es capaz de sonreír, y entonces ya no importa a donde uno viaje porque siempre está en casa.

Aún siendo consciente de eso, sigo queriendo viajar a infinitos lugares, señal de que todavía queda mucho trabajo por hacer.

En las islas Lofoten, he disfrutado de las noches polares del invierno y de sus auroras boreales. También del sol de media noche y sus días infinitos. Éste es un lugar de extremos, también a nivel emocional. Lección tras lección, destellos de realidad que vienen y van para recordarme que continúe con la búsqueda de una vida sencilla, porque vivir con poco es muy diferente de tener una mente sencilla como la que una vez tuvimos de niños, inocente y bondadosa. Así que volvamos a ser niños, porque al fin y al cabo, esto sigue siendo un juego.

1 Comment

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Mauroreply
julio 19, 2022 at 8:03 pm

Hermoso lo que escribis. Ciertas cosas que decis me hacen tener muy presente que no hay más que el ahora y que por eso hay que vivir como uno es, sin guardarse nada para mañana.

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