Cartas desde el Ártico #6
Dias de invierno, días de inspiración
El invierno tiene sus propios tempos, especialmente en Lofoten.
El sol marca el ritmo aquí. Desde hace ya unos meses, mirar por la ventana al despertar se ha convertido en una rutina, y qué rutina!
Es maravilloso despertarse en silencio y que lo primero que uno ve sea el mar rodeado de montañas nevadas.
Siento que aquí he conectado con el sol. Lo he echado de menos y celebro cada día que lo veo brillar en lo alto. Como si también me hiciera brillar a mi.
Sé a que hora sale por la mañana y a qué hora se esconde por la tarde, como cuando vivía en Barcelona o en China y sabía a que hora pasaba el tren y el metro.
Aquí miro constantemente el cielo. Veo las nubes llegar, siento la tormenta acercarse y celebro cada copo de nieve y cada gota de lluvia. No molestan, son parte de día igual que lo es el sol. Mi día no cambia, ni tampoco mi estado de ánimo. Siento la misma intensidad, me siento igualmente agradecido.
La luz cambia constantemente y eso recuerda la fugacidad de cada instante, lo único, irrepetible y a la vez frágil que todo es.
Pero también el sonido es único. Caminar por la nieve y sentir el crujir, escuchar la lluvia en el techo del bus y quitar la musica para disfrutar de ese sonido. Y de fondo, el mar, que agitado o tranquilo, siempre esta presente.
El invierno ha traido consigo un sinfín de lecciones. Me dedico más tiempo a mi, paso tardes en el autobús después de trabajar, feliz y tranquilo con un café y un libro. Me ayuda a mantener la meditación diaria cada mañana, dedico más tiempo a cocinar, me voy a dormir pronto y me levanto temprano
Y así empieza a girar la rueda de un nuevo día, desde esa calma y silencio que surge de la meditación. Al acabar y abrir los ojos, me siento agradecido por estar donde estoy, por estar viviendo mi proceso de esta forma, por ser libre de haber elegido estar ahí, por sentir que estoy haciendo con mi tiempo lo que siento.
Lofoten es intenso, todo el que vive aquí lo sabe. Pero cómo reaccionar ante esa intensidad, es decisión de cada uno. Esa es la magia.